miércoles, 28 de diciembre de 2011

No son un tópico navideño más...

Decir que las marcas realizan spots navideños con los que nos bombardean hasta la saciedad, desde mediados de diciembre hasta pasados “los Reyes”, es una obviedad. La mayoría de estos anuncios son de perfumes (si no me creéis haced la prueba, mirad en prime time, cuantos anuncios de perfumes podéis encontrar), y todos son muy parecidos. Con realizaciones impecables y el bandas sonoras envolventes, consiguen crear un aura de misticismo y aspiración, que otros productos no podrían conseguir. Hay muchos que mantienen sus músicas, sólo cambian los protagonistas o las situaciones (Trésor de Lancôme, Amor Amor de Cacharel…) A mi, me fascinan los anuncios de fragancias, ¡casi tanto como el propio perfume!, me atraen muchísimo, son capaces de que deje de hacer zapping o me pare delante de la televisión en cuanto oigo la música.  



Pero obsesiones enfermizas a parte, el resto de marcas también aprovechan estas fiestas para lanzar sus felicitaciones en forma de spot. Quien no recuerda los típicos anuncios de turrones como el “El Almendro” (el de: vuelve a casa vuelve, por Navidad…) o “Suchard” (En estas Navidades, turrón de chocolate, en estas Navidades, turrón de Suchard), del anuncio de la fenecida Airtel con su “Hola soy Edu, Feliz Navidad” (cuántas veces habremos hecho esta gracieta…) y qué decir del anuncio de las muñecas de “Famosa se dirigen al portal…”, aquel spot en blanco y negro, que forma parte del imaginario colectivo de tantas generaciones.

Sin duda, la publicidad navideña refleja escenas típicas y entrañables, que siempre han estado vinculadas a las emociones y los sentimientos. Deja de lado las promociones y los mensajes más comerciales (que llegarán justo el día después de “Reyes”), para desde el lado más humano de la empresa, crear mensajes más corporativos, pero mostrando la afinidad de la corporación con el consumidor, lo que en el sector se llama “hacer marca”.

Desde hace unos años, esta forma de entender la publicidad navideña, ha traspasado la estacionalidad y se ha implantado en los insights de la profesión, convirtiéndose en el leit motiv del sector. El “engagement”, la forma de conectar con el consumidor, cada vez sigue más la tendencia de lo emocional, de ir a buscarle a través de los sentimientos, intentando crear lazos afectivos entre marca y cliente. Precisamente, por practicar durante todo el año este tipo de publicidad, cuando llega la Navidad, agencias y empresas, tienen que dar un paso más. Conmover y formar parte de un recuerdo, es el mayor logro para una marca, por eso, cada vez son más, las empresas que trabajan la parte del marketing experiencial (field marketing).  La Navidad es susceptible por sí misma, de generar recuerdos, por tanto, el escenario ya lo tenemos, ahora lo que hace falta es llenar un momento de contenidos capaces de crear un nexo entre esa experiencia y el público. Si eso sale bien, será el mejor spot que una empresa pueda hacer.

Spanair, este año ha creado la acción “Un encuentro inesperado”, que de la mano de la agencia Shackleton, continúa con el concepto que ya empezó en el 2010 (“Un equipaje inesperado”), cuando los pasajeros de uno de los vuelos realizados en Nochebuena, encontraron en las cintas de las maletas unos paquetes de regalo. Este es uno de los mejores ejemplos de publicidad emocional y experiencial, que podemos encontrar actualmente, por varios motivos: 1) Aprovecha las circustancias: Es Nochebuena, y estas personas no están ahora mismo con sus familias, muchas viajan con destino a sus casas, pero otras no. Es una fecha en la que los sentimientos están a flor de piel. 2) Da contenido: es un pequeño gesto, pero del que se pueden extraer muchas conclusiones, como atención, preocupación y cuidado de sus clientes, valores que hoy en esta era de la globalización, están en alza. 3) Bajo el prisma más comercial, es una acción que genera viralidad, se comparte muchas veces en la web, llegando incluso a los medios de comunicación, obteniendo visibilidad en espacios dónde no podría tenerla, o le hubiese costado “un ojo de la cara conseguirla”. En definitiva, si se hace bien es un “negocio redondo” desde las dos vertientes: desde la del consumidor y desde la de la empresa.


No quería dejar pasar la oportunidad de poneros un spot y una acción que también conectan muy bien con el consumidor.

El primero, es la última entrega de “Campofrío”. En este caso, la circunstancia que aprovecha es la grave situación económica actual, para hacer un guió al optimismo y a la risa, que es de lo poco que no está en crisis.


Y para terminar, os dejo con el increíble videomapping – felicitación sobre el Palacio de Cibeles de Madrid, “Las Tres Estrellas de la Navidad”, dónde se proyectó la historia de un robot en una fábrica de juguetes.


Por cosas como estás, merece la pena trabajar en publicidad y en comunicación. No hay mayor recompensa que sentir que has aportado un granito de arena a la felicidad o a la sonrisa de las personas, creando escenarios y situaciones que dejen de lado (aunque sea por un momento) los problemas del día a día. 

¡¡FELICES FIESTAS MIS QUERIDOS ENREDOS!!

2 comentarios:

  1. A mi me gustan dos anuncios: el primero es aquel que hizo Ricky Rubio para McDonald's, cosa que ya sabes. Y el segundo lo llevan poniendo desde septiembre, y es uno de una colonia en el que sale Natalie Portman.

    Bueno, en realidad el anuncio me da igual, lo importante es que sale Natalie Portman xDD

    A lo que vamos, la navidad se supone que es una fiesta de paz y amor, y tal y cual, pero hoy por hoy se ha convertido en la fiesta del capital por excelencia, la fiesta del consumo y del materialismo. Como nuestra democracia no se basa en la toma de decisiones ciudadanas, como se basa en la posibilidad de comprar y comprar, pues la navidad reune todos los requisitos de la democracia capitalista: compre usted todo lo que quiera para enriquecer a las multinacionales.

    Y con esto me despido.

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  2. mira que dejé bien claro que no quería entrar en polémicas del consumismo navideño y tu erre que erre jajaja

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