miércoles, 26 de diciembre de 2012

ANUNCIOS DE NAVIDAD: FUN, FUN, FUN


Amig@s enredados, ¡os escribo desde mi casita, desde Madrid! He dejado París, al menos por unos días. He cambiado la lluvia por el Sol y el abrigo por la cazadora. He olido la navidad, he caminado por mi barrio, sólo oigo hablar castellano, ¡por fin! Adiós gorrito y guantes, hola calor familiar. Mi llegada no pudo ser mejor. En el aeropuerto me esperaban mis padres, hermanos y sobrinos al completo. Sin duda, la mejor bienvenida del mundo.  Ya he pasado la Nochebuena y el Día de Navidad con mi familia, ¡como todos los años! Y tras protagonizar mi propio anuncio de El Almendro (vuelve a casa vuelve, por Navidad...), varios reencuentros y días de visitas, me siento en el sofá dispuesta a escribiros.


Como os adelanté por twitter, esta entrada prometía ser mucho más optimista que la anterior. Igual que en 2011, dedico un post a los anuncios de navidad. Ya el año anterior, pudimos comprobar cómo algunos anunciantes decidían lanzar mensajes positivos, llenos de optimismo y buen humor, para dejar de lado la crisis. La tendencia emocional en publicidad y comunicación, viene ganando la partida desde hace ya unos años.  Pero, ahora con la crisis, parece que es el caballo ganador. En otras ocasiones, he dicho que el éxito de una campaña de publicidad, está en generar una buena experiencia con el cliente y empatizar con él,  demostrando la preocupación del “gran magnate” por los problemas cotidianos de la sociedad. Pues bien, esto lo han aprendido muy bien las grandes empresas y han vuelto a demostrar este año que están del lado del “pueblo”, aunque sólo sea a través de mensajes de ánimo y prosperidad, que ya podrían llevarlo a la práctica, con acciones tangibles que realmente traigan luz a la oscuridad imperante (vale, vale, que iba a ser un post positivo... ¡lo siento!)

Campofrío, que ya nos tiene acostumbrados a campañas que apelan a las emociones, este año ha lanzado su trabajo comunicacional más optimista. Recoge el testigo de los cómicos de este año con este spot:


Creatividad y trabajo elogiable. Sin embargo, la entidad ha empañado la buena idea de la agencia, con su mala práxis o falta de claridad en las redes sociales. Desde twitter la empresa dijo que se donaría un euro a Cruz Roja por cada mensaje con el hastag #elcurriculumdetodos (que estuvo varios días seguidos como TT), pero horas más tarde (cuando la campaña había sido todo un éxito de viralidad en Internet), se publicó otro tweet diciendo que sólo se contarían los mensajes que se realizasen en su página de Facebook... Como estamos valorando el mensaje publicitario y la campaña a nivel de comunicación, voy a omitir esta información, porque sino de nuevo me meto en comentarios nada positivos..

Siguiendo la misma idea de recordar las cosas importantes de la vida, Freixenet ha hecho su mensaje navideño, gracias a la participación de los españoles, que han compartido con la marca sus motivos para brindar:



Apple también nos felicita las fiestas navideñas con un simple spot donde las distancias se acortan gracias al iPad:



No podía faltar el anuncio navideño de Coca – Cola. Este es el spot, aunque la marca está realizando otras acciones, mucho más potentes que tendrán su máxima repercusión en año nuevo (y hasta aquí puedo leer, lo cuento en el siguiente post…) Juntos hacemos magia:



También os dejo un anuncio de Balay que se ha empezado a emitir estos días. No es una felicitación de navidad, pero es un guiño de la empresa a los empleados. A la preocupación por el capital humano desde la organización.



No podía dejar pasar el nuevo spot del perfume Amor Amor de Cacharel, que ha cambiado tras muchísimos años siendo igual. No es navideño, los anuncios de perfumes ya son atemporales. Pero es una sintonía que ha marcado mis navidades desde que soy pequeña, y ahora es distinta, por lo que para mí, merece una mención especial. (Por cierto, me quedo con el de toda la vida… supongo que será hasta que me acostumbre)



Y para despedirme, os dejo la felicitación de navidad de Madrid. Un año más, con un increíble videomapping sobre el Palacio de Cibeles. Volver a soñar a través de los ojos de los niños…


¡¡Un beso supernavideño para todos mis enrededados!!






viernes, 14 de diciembre de 2012

NI – NI: YO NO QUERÍA, PERO ME OBLIGARON…


Generación NI – NI: dícese de ese grupo de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Perezosos, que quieren vivir del aire y de sus padres. Abanderados del Carpe Diem, sus aficiones son salir de fiesta, las redes sociales y el botellón.

Esto es lo que una parte de la sociedad piensa de la juventud actual. ¿Es justa esta generalización tan gratuita? Puedo decir convencida y sin titubeos que NO. Y tengo argumentos que sustentan mi afirmación sin remordimientos.

Muchos son los que dicen que ahora mismo la juventud es la que tiene que alzar la voz y la que tiene el motor del cambio y del progreso en sus manos (lo gracioso es que lo dicen esos mismos que luego no nos dan trabajo...) Pero, ¿qué pasa cuando lo hemos intentado? Que al final lo que empieza siendo un movimiento justificado, acaba desbordado por una mala praxis decadente, relegando de nuevo ese alzamiento a la utopía del cambio, a la resignación y a la INDIGNACIÓN. Oímos que el cambio debe hacerse en las urnas, formando partidos políticos y programas electorales y bla bla bla… Pero seamos sinceros, en España gobierna el  PP o el PSOE. Es como el Madrid y el Barcelona en fútbol, cuando se ha colado algún otro equipo en el palmarés de la Liga, es un suceso extraño que pasa cada mucho tiempo, igual que el cometa Halley. Además, cómo vamos a conseguir que un grupo político formado por jóvenes consiga representatividad electoral, si no nos toman en serio. ¿Y por qué no nos toman en serio?, muy sencillo: porque no tenemos experiencia. ¿Y por qué no tenemos experiencia?: porque somos jóvenes y no sabemos hacer las cosas bien. ¿Y por qué no sabemos hacer las cosas bien?: porque no nos dan oportunidades. ¿Y por qué no nos dan oportunidades?: porque no tenemos experiencia… Veis, la pescadilla que se muerde la cola.
Pues bien, en este bucle se encuentra ahora mismo la juventud española. Jóvenes con ganas de trabajar, de ganar de alguna forma esa experiencia que se nos requiere y se nos niega al mismo tiempo, de hacernos escuchar sin que se nos tilde de hippies perroflautas o vandálicos. Está claro que no comulgo con los actos que sobrepasan los límites de la civilización (la quema de contenedores, rotura de cristales, robos, pintadas…) Aunque si no haces ruido, está claro que no te tienen en cuenta. De nuevo volvemos al bucle...

Ante este panorama, ¿qué hacemos? Yo no pierdo la esperanza y voy a luchar por abrirme camino como sea, y puedo decir con seguridad, que no soy la única que va a pelear por llegar a la meta.

Aquí me tenéis exiliada y NI – NI a la fuerza, así lo dictaminan las exigencias del guión: NI puedo estudiar, NI puedo trabajar. Estudiar sí podría, pero ¿a costa de quién? De mamá y de papá, ¿otra vez?... Trabajar, no lo voy a negar, cuando terminé mi contrato me vine a París sin buscar nada antes en Madrid, pero sé de buena mano, que no hubiese encontrado trabajo fácilmente (al menos sin tirar de agenda…) Para los jóvenes, un contrato hoy en día es como un billete de 500 euros, sabemos que existen, pero pocos los han visto. Y si los que queremos compaginar un hipotético trabajo, con una nueva andadura universitaria, nos vemos coartados con el estupendísimo y fantabuloso Plan Bolonia, que requiere la presencia obligatoria a las clases. Por lo tanto, no sólo nos limitan la incorporación al trabajo, sino que también nos limitan el poder estudiar una vez que encontremos un oasis laboral. ¡Mola!, ¿eh?...  En este contexto, cobra significado especial la típica frase de comienzo del cortejo: ¿Estudias o trabajas?, porque ahora sí que no puedes hacer las dos cosas a la vez (existe la UNED pero la oferta de titulaciones es de chiste…)
Después de exponer todas las ecuaciones del problema, encontramos dos soluciones posibles:

a)   Si quieres seguir estudiando: hazlo antes de incorporarte al trabajo. Consecuencias: seguir viviendo de nuestros padres y plantarnos con 30 años, con mucha formación, pero sin experiencia. ¿Quién nos querrá contratar…?

b)  Si quieres trabajar porque ya consideras que estás formado: empieza a buscar trabajo. Consecuencias: si lo encuentras no ganarás lo suficiente como para independizarte, con lo que seguirás viviendo de tus padres. Y si no lo encuentras, será porque no tienes experiencia y acabas de salir de la universidad. ¿Quién nos querrá contratar?
¿Encontráis alguna diferencia? ¿Con cuál os quedáis? ¡Venga, no seáis tímidos!

Yo, de momento, sigo formándome (a costa del trabajo de mis padres, y muy a mi pesar...) y esperando que cuando vuelva de este retiro espiritual, se empiece a valorar a la juventud en España, y no se nos esté obligando a salir fuera. La fuga de talentos es algo que no parece preocupar a los gobiernos de nuestro país, pero luego se sorprenden que vayamos a la cola de todo. Bueno de todo no, en el paro somos el number one, ¡Oleeeeeeeee!
Y estas cifras son de hace un año...
Algo tiene que cambiar, y me gustaría tener la clave y poder cerrar con ella este post, pero no la tengo… Lo que tengo claro, es que yo no voy a ser ni una indignada, ni una NI – NI por mucho que insistan las altas esferas del poder. Porque no me conformo, porque creo que las cosas van a mejorar (aunque repito, no sé cómo, ni cuándo), porque no me tienen que obligar a marcharme de mi casa, a abandonar mis amigos y a mi gente, porque SÍ tengo ganas y Sí tengo ilusión por hacerme valer. Y ya sé que muchos dirán que ya hubo mucha gente que tuvo que emigrar años atrás, dirán que somos unos quejicas, que no sabemos realmente lo que es pasarlo mal, que si hay que marcharse de casa y buscar algo mejor, habrá que hacerlo y punto, que nuestros padres y/o abuelos sí que lo pasaron mal, que a ellos también les costó mucho y que nosotros estamos acostumbrados a vivir sin esfuerzos, que nos lo han dado todo hecho, que somos unos comodones y que lo queremos todo, y que todo no se puede tener. ¡Perfecto! O sea, que esto quiere decir, que tenemos que pagar por haber progresado, ¿no? Que es mi culpa haber tenido unos padres que han dado su vida porque yo haya tenido una carrera, un postgrado y un máster, que me han dado todo lo que he necesitado y los caprichos que se hayan podido permitir o que me haya merecido, y tantas otras cosas. ¿Esto qué pasa, que iba con intereses? ¿Es una hipoteca y no me avisaron al nacer durante los azotitos?  Entonces volvamos al pasado. Suframos como sufrieron nuestros antepasados (cercanos), volvamos a repetir todo ese dolor, ¡claro que sí! Es lo que nos ha tocado, sufrir y aguantarnos. Cómo ellos lo pasaron mal, ahora nosotros también. ¡Bravo, así se evoluciona, sí señor! (modo ironía ON)… Estoy harta de escuchar la frase de, “es que esta juventud no sabe lo que tiene” “no valoran nada” Igual es culpa de la sociedad que nos ha educado. “Yo soy rebelde porque el mundo me ha hecho así”, que cantaba Jeanette, o “Yo soy yo y mis circunstancias” como decía Ortega y Gasset. Desde luego que el punto actual no es culpa nuestra, pero sin embargo, somos los que estamos y vamos seguir a pagando (con creces), las imprudencias y el mal hacer de estos que nos critican. ¡GRACIAS POR VENIR! Que diría Lina Morgan…


De momento, tengo mi pluma y mi sitio para gritar a los cuatro vientos. No digo nada nuevo, no digo nada sorprendente, no es un hecho noticioso, ¿no es triste que no sea nada de lo anterior…?  En fin, ya se darán cuenta y espero que no sea demasiado tarde. Cuando ya no haya jóvenes con ganas, y lo que haya sea una nueva generación que ni si quiera tuvo la ocasión de soñar con una oportunidad… Si nos quitan la ilusión, nos quitan todo. Si a nosotros nos llaman NI – NI, porque no les parece que estemos a la altura, qué será de los que vienen detrás, que ya sabrán que no van a tener un futuro…
No es para nada una entrada pesimista (al menos no es mi intención). Siempre he dicho que odio oír todo el tiempo hablar de la crisis, y que nadie podrá arrebatarnos las ganas de soñar. Es una arenga a continuar, un abrir los ojos, una lanza a favor de nosotros mismos, de no creernos lo que dicen de nuestra generación. Ya sabéis camaradas, aguardemos nuestro momento para demostrar al mundo que nuestra generación no es más NI – NI que las anteriores, somos SÍ estamos preparados y SÍ queremos cambiar las cosas, porque NOSOTROS LO VALEMOS, porque IMPOSSIBLE IS NOTHING y porque YES WE CAN (parafraseando el final del discurso de mi graduación que comentaba dos post antes :P)
He dicho.

De nuevo, parece que no tiene mucha relación con la temática del blog. Pero todo lo que incide sobre mi  presente y mi futuro, y el de toda mi generación (y las venideras), creo que tiene cabida aquí y en cualquier sitio.

¡Y me he quedado muy a gusto oye!

PD: No me posiciono a favor ni en contra del movimiento 15M. Me posiciono a favor de todo aquello que vaya a suponer un cambio a mejor, para mi, para los que me rodean, para mi generación y para todos los que vienen detrás.

Ánimos enredados!!!

sábado, 8 de diciembre de 2012

CRÓNICA DE UN CONCIERTO ANUNCIADO: calando hondo…

Esta es la historia de cómo un día de m… finaliza con una de las mejores noches de mi aventura parisina. Hoy me vuelvo a permitir no escribir sobre moda ni comunicación (al menos a priori). Escribo la crónica de un concierto anunciado, que ya daba por perdido hasta una hora antes (entendéis ahora lo de a priori, ¿no?)

Cuando preparaba mi viaje a París (en aquel septiembre lejano y cercano a la vez), vi que Leiva tocaría en una sala cerca de Bastille y decidí que iba a ir a verle. Ya estando aquí vi que las entradas eran muy asequibles, pero nunca llegué a tener dinero suficiente para permitírmelas (priorizaban otras cosas, como el abono o los regalos de navidad. No penséis que estoy mal viviendo en la calle ni nada de eso) Ayer, mientras hablaba de otras cosas con un AMIGO de Madrid (y sí con mayúsculas, y no sólo por lo que viene a continuación...) le dije de broma: “Me podías comprar las entradas para ir a ver a Leiva ahora en un rato” y me dijo “Vale, será mi regalo de Navidad de este año”. Eran las 18:45 h el concierto empezaba a las 20 h y tardaría una hora en llegar. Nerviosa perdida imprimí la entrada, me preparé, cogí la cámara, puse Diciembre en el iPod y ¡me fui corriendo!
Llovía y hacía frío, pero daba igual, en ese momento ni sentía ni padecía. Cuando llegué me hice “amiga” de unas chicas en el baño (ya se sabe que las mujeres siempre hacemos amistades ahí) y como iba sola, me invitaron a ir con ellas. Cuando entré a la sala, estaba tocando el telonero, que resultó ser el cantante de Tam Tam Go (Nacho Campillo, que se personaba como Reyno) Nos vinimos arriba con aquella de: “Voy cruzando el río, sabes que te quiero, no hay mucho dinero, lo he pasado mal… ¡lo he pasado mal!” Es un temazo ¡eh!

Termina Reyno y sale a escena el inconfundible micrófono de Leiva con dos pañuelos (esta vez en tonos naranjas y crema. Típico comentario de moda, para qué guarde coherencia con el blog jaja) Ahora llega, para mi, el peor momento de los conciertos: la espera entre telonero y TU ARTISTA. Ves como se recogen todos los instrumentos de los primeros y empiezan a sacar los de Leiva y la Leiband (que en este caso estaba reducida al ser acústico). Enchufan amplis, colocan micrófonos, prueban sonido, afinan guitarras, colocan el track list del concierto, que todos los de la primera fila corremos a ver, termina la música de ambiente que te ponen para hacer la espera “más llevadera", y…
Ahí estaba yo, en primera – segunda fila del acústico de mi artista preferido. Aunque había conocido a gente, realmente estaba sola, y así quería seguir. Sola con Leiva, para poder disfrutar de sus poemas y de su íntima voz. Silencio, nadie en escena y ahí sale Leiva escoltado por su hermano Juancho y César Pop al piano. Sombrero negro, chaqueta también negra (que se quitaría tres canciones después), pitillos negros, botas marrones (creías que también iban a ser negras, ¿eh?), su barba de más de tres días, su guitarra, su púa y su voz. Ya estaba Leiva y empezaba el show.


Duró aproximadamente una hora y media, no hubo bis porque dijo que ese teatrillo absurdo, hoy era innecesario, y así nos regalaba tres canciones más, en vez de dos (que hubiese sido lo normal en el bis). Tocó temas de Diciembre, de Pereza e incluso versiones de Albert Pla como “El bar de la esquina” y de los grandes Andrés Calamaro y Joaquín Sabina con “Todavía una canción de amor”. De Pereza pudimos escuchar “El caso de la rubia platino”, “Animales”, “Amelie” (sabe que amamos esa canción), “La chica del tirso”, “Windsor”, “Por mi tripa” y “Lady Madrid” o “Lady París” como cantó en medio de la canción.

Pero el protagonista era Diciembre. Como dijo en una de esas pausas suyas, “hoy estoy contento de poder tocar Diciembre, en diciembre y en París” (yo también estaba muy pero que muy contenta) Durante el concierto, contó anécdotas de todo tipo. Lo primero que dijo al sentarse, fueron unas palabras de agradecimiento, ya que estaba sorprendido de encontrar una sala que conocía su música pasada la frontera (aunque todo hay que decirlo, éramos españoles todos menos los de la puerta jaja) Pero también nos contó que pensaban que en París había que comportarse correctamente, con tanto glamour y finura, y sin embargo, al llegar lo que se encontraron fue a un montón de españoles haciendo ruido (esto despertó una gran carcajada y aplausos entre los que allí estábamos) También dijo que un grupo de franceses, allí presentes, estaban aprendiendo español con sus canciones (¡emocionante hasta decir basta!).  Incluso tuvo su momento reivindicativo, al decir que en Francia la cultura es lo primero, no como en España... (¡de diez! ) ¡Ah! y prometió volver. ¡Cumple tu palabra, eh! :) 
Empezó el concierto con unas botellas de agua que se convirtieron por arte de birlibirloque en vasos de cumpleaños de gyn tonic (aparentemente) y que fueron cayendo canción tras canción (ya se sabe que esos mini vasos se beben de un trago). Terminaba las canciones con un “thank you”, “gracias” o “bueno y merci”, un “batiburrillo” como él mismo nos advirtió. Simplemente genial, como siempre…
Diciembre es un disco que habré escuchado mil millones de millones de veces (como todos los de Pereza), pero ayer, descubrí nuevos matices. Muchas de las frases que suenan en mi iPod, ayer retumbaron con significados y fuerzas especiales en esa sala de París. Poemas escritos en clave de sol. Versos trascritos en partituras. Rockero romántico. Emociones distintas dibujaban las cuerdas de su guitarra. Sus embriagadoras letras, que siempre van directas a mi corazón, melódicas y armoniosas, entonadas por sus cuerdas vocales. ¿Sería porque estaba muy cerca de él y todo sonaba y me llegaba mejor? (creo que incluso me miró en un par de veces ahhh… Momento grupi, lo siento…)
Pero para mí el momento mágico, fue sin duda “Vis a Vis”, y no sólo porque es la canción que más me gusta del disco. Empezó contando la explicación de los primeros versos (momento moffing* máximo), y terminó poniéndome los pelos de punta.

“Para dejar por escrito, qué no voy a abandonar y ponerle sangre al grito de los que aman sin poder amar…”

Con este verso termina la canción. Mirada perdida de Leiva hacía el fondo de la sala, sin parpadear, puede que pensando en algún recuerdo doloroso de amor... Esta canción no la cantó su garganta, la voz salía directamente del corazón. ¿Sabéis esa sensación de hablar de algo que nos duele, pero no puedes dejar que los demás lo noten? ¿Y cuando te quedas mirando a algo embobado pensando en cualquier cosa? Así terminó Leiva esta canción y así la terminé yo con él, mirándole a los ojos, donde se reflejaban transparentes su alma y corazón. Últimos acordes, “gracias”, media sonrisa, respira, coge de nuevo la guitarra, mira a César y como un huracán vuelve a la carga. No creo que mucha gente se diese cuenta de estos segundos, pero para mí fueron preciosos. En esta canción era Miguel, no Leiva… Aunque lo cierto es que ayer le vi especialmente sensible y emocionado ayer al cantar determinados versos... o igual era yo, que estoy más sensible de lo normal estos días... En cualquier caso, él, o yo, o todos, nos emocionamos muchísimo con esta canción, he dicho.
Iba terminando el concierto, y nos invitó a ir a un local para vernos después y continuar la fiesta, pero yo debía volver a casa, porque si no cerraba el metro… Aún así me fui contenta. Me despedí de una pareja madrileña con la que terminé el concierto (¡Encantada, sois geniales!) y puse el gps dirección "Mi casa de París"... Llamé a mi familia, hablé con personas que me alegrarón el corazón, y aunque me quedé con ganas de contarles más detalles, ya leerán esto donde lo explico mejor J Por el camino de vuelta iba sonriendo, viendo el vídeo de “Champagne” que grabé (¡¡la primera vez que la oí en directo y me volví loca!!) Cuando salí del metro y llegué a mi calle iba saltando, corriendo y cantando. Llovía, pero las gotas caían al ritmo de “Eme” que sonaba en mis cascos, no había excusa. No había nadie por la calle, por lo que podía dar rienda suelta a mi felicidad sin tener que pasar vergüenza de que me vieran tocar una guitarra imaginaria o bailar al ritmo de la canción que sólo oía yo. 
Siempre que salgo de un concierto de alguien que me gusta tanto, una sensación de buen rollo y felicidad me invade durante días. Seguro que muchos pensáis que estoy un poco fatal de la cabeza o que no es para tanto, pero… para mí sí. La música me da la vida, y cuando la gozo de esa forma en un concierto sintiendo la piel de mi cantante preferido y dejándome la voz con el resto del auditorio, me da una energía muy especial.

La semana pasada estuvieron aquí mis amigas y esta ha estado Leiva (ya sé que no ha venido a verme a mi, pero yo a él sí jaja). Así, sí que puedo afrontar estos últimos 15 días antes de volver a casa. Ha sido otra forma de sentirme en Madrid, aunque sólo sea por unas horas. Han sido mis particulares Vis a Vis. Pequeñas visitas, contacto con algo que me recuerda a mi hogar y a mi ciudad, que ayudan a afrontar los momentos de soledad y desorientación, en un sitio donde aún no echas raíces (aunque sí amistades). En definitiva, que estoy en Éxtasis, porque ayer fui al concierto de Leiva y porque ya sí que me salen Las Cuentas, ya no estoy Sudando la TristezaNunca Nadie me dijo que esto iba a ser un camino de rosas, pero ya estoy en el tiempo de descuento, en los Penaltis, y me queda un Telediario para volver a casa. Además, mamá me ha dicho que me va a dar de comer "Todo lo que tu quieras" (cosas ricas que aquí no he comido como tortilla de patatas, ensaladilla... ummm) Prometo veros a todos Aunque sea un rato, hasta que me diga a mi misma Hoy no me encuentro, de andar de un lado para otro. Os voy a dar 92 besos y abrazos a todos, hasta que me mandéis a la EME de ser tan cansinaaaa jajaja **

¡Gracias por hacer de un viernes lluvioso un día maravilloso! (ya sabes que te lo digo a ti, no a Leiva, aunque también se lo podría decir a él… jajaja) Y sin haberlo pensado me ha salido un pareado.
Un abrazo enredadoR :p

*Moffing: dícese de una expresión inventada por mi misma que viene de otro palabro: mofa. Vamos, lo que viene siendo, que te partes de risa de algo J
** Las palabras en negrita y cursiva son el título de las trece canciones del disco Diciembre de Leiva (que seguro que muchos como mi mamá no lo saben, y si no lo entienden, no tiene gracia :P )

martes, 4 de diciembre de 2012

EL MEJOR EVENTO: LA CONSECUCIÓN DE TUS SUEÑOS


Si me preguntasen qué evento me gustaría organizar, lo tendría muy claro: unos Juegos Olímpicos. Ya sé que no tiene mucho que ver con el mundo de la moda, pero ese es mi top. Incluso tengo en mi cabeza como sería la gala de inauguración (suena muy friki, lo sé…), y es que me parece increíble a nivel de creatividad, dificultad, movimiento de personas… lo que supone la responsabilidad de organizar unas olimpiadas (y si llegan a Madrid algún día, ¡lo más!) 
Bajando un poco a la tierra, me encantaría organizar alguna Semana de la Moda, Galas de entrega de premios, Ceremonias de aniversarios, festivales de música… (sí he dicho bajando a la tierra... soy ambiciosa, pero eso no es malo, no? )

Pero a nivel personal, siempre te hace especial ilusión organizar fiestas de cumpleaños, bodas, bautizos y comuniones (la famosa BBC), fiestas de disfraces, fiestas hawaianas, fiestas flamencas, fiestas de por qué sí…  Cualquier sarao que se precie, siempre hace ilusión (para los que nos gusta, claro) si lo haces para compartirlo con tus seres queridos. Pero cuando preparas la llegada a la meta, cuando organizas algo que llevas tiempo esperando: TU SUEÑO, es indescriptible.
Yo he experimentado esa sensación en al menos un par de veces. La primera fue el año pasado cuando me metí en el comité de organización de la graduación, aún hoy no sé muy bien por qué lo hice, pero no pudo resultar mejor. Fue increíble… Nos encargamos de contactar con los profesores, con los invitados, las orlas, informar a todos los compañeros, el sitio de la “party”… Pero lo que más me gustó fue hacer dos cosas: 
1) Este vídeo:

Lo pasamos genial haciéndolo y cuando vimos el trabajo final se me puso la carnecica de gallinica aisss...

2) El discurso. Suena muy de empollona de clase y todo lo que queráis, pero fue realmente gratificante. Empezar a escribir sobre los recuerdos y el imaginario que habíamos construido durante los cinco años de carrera, fue una sensación muy especial. Como siempre hago, me senté delante del ordenador, y dejé que mis dedos tecleasen lo que mi corazón dictaba. Lo leí con una de las mejores amigas que hice en la “uni”. Ver como los compañeros y familiares (y nosotras mismas) se emocionaban, fue impactante. Me sentí realmente bien y satisfecha por haber alcanzado la meta (finalizar la carrera) y por poder ponerle ese broche final. Podríamos decir que el clipping resultó favorable respecto a la inversión y la repercusión obtenida J

Otra consecución de un sueño es la que estoy viviendo ahora mismo. Mi aventura parisina. Todo fue muy rápido y los preparativos los hice con sentimientos encontrados. Por una parte con muchas ganas, pero por otra con pena por irme y un poco de miedo por lo que me iba a encontrar. Ahora que estoy aquí, me siento de nuevo realizada, al haber sido fuerte en los momentos duros, de haber sabido sacarme las castañas del fuego (por cierto, ahora en navidad están en todas partes jajaja) y de haber ido cumpliendo pequeñas metas al estar en los sitios que soñé desde pequeña y que miraba una y otra vez en los libros del cole: El Louvre, La Tour Eiffel, Montmartre… Cada vez que piso estos sitios, siento que estoy cumpliendo otro sueño.
Esta semana cumplí otro al ir a Disney (tengo 24 años, pero amo las princesas y todo lo que sea Disney, estoy muy disneyzada como diría un profesor de la carrera jaja) Nunca había estado y lo hice en la mejor compañía. Con tres amigas que vinieron a verme desde Madrid. Creo que ellas no son conscientes del regalo que me hicieron con su visita y no sé cómo agradecer el esfuerzo que han hecho para venir. Pero desde luego, es lo que ahora me da fuerzas para continuar aquí hasta que regrese…
Todos los que nos dedicamos a la organización de eventos, sabemos lo complicado qué es que todo salga perfecto y que el cliente o jefe quede satisfecho. Pero, el mejor evento es el que realizas para ti mismo, porque quiere decir que vas a hacer algo que realmente quieres. Conseguir tus sueños es el motor que debe dirigir nuestros pasos. La crisis nos hace no ver más allá de los problemas actuales y de la lamentable situación, pero debemos seguir luchando por nuestros sueños y orientar todos nuestros esfuerzos en su consecución. No hablo de sueños que cuesten dinero, muchas veces los sueños más gratificantes los encontramos en las pequeñas cosas o en aventuras inesperadas. Debemos ser valientes y no dejarnos amedrentar por las garras del fatalismo imperante en este momento. Cómo diría L´Oréal: ¡Porque yo lo valgo! ¡Y si queremos conseguir algo, lo haremos! No dejemos que nadie nos arrebate ni la sonrisa, ni los sueños.

Lo dicho, busca tu sueño ¡¡¡ y a por él!!!