Con este frío, que parece que ha llegado para quedarse definitivamente, me entra la morriña del verano y de sus tardes sin cosas que hacer, acompañada de risas y amigos.
En agosto, participé en un concurso en el Facebook de Citroën, creo que se llamaba “Quien tiene un amigo, tiene un tesoro”, y tenía que describir una situación en la que normalmente dices que sí, aunque en realidad, por dentro, quieras decir que no. Yo no suelo participar en estos concursos y me enteré por casualidad, pero el premio era conducir durante un mes un Citroën DS3, y la verdad que viendo un poco la web y buscando información del coche, la cosa prometía y me puse a ello. Estaba con mis sobrinas y fue bastante entretenido, ya que les pedí ayuda y decían cosas realmente graciosas para mí, aunque muy lógicas para ellas: “pues cuando me dices que haga algo y yo no lo hago y te enfadas”, un ejemplo de sus tiernas reflexiones, fruto de su interés por querer ayudarme.
Finalmente mi situación resultó la ganadora (gracias a mis amigos, que de forma libre y sin coacción ninguna, votaron por mí), y conseguí el préstamo durante un mes. Cuando me lo dijeron no me lo podía creer y fue realmente emocionante porque, aunque fuese por un mes, iba a tener un coche para mí, era ¡MI COCHE!
Me dieron un coche azul “bebé” con el techo personalizado (era un coche hecho para mí, aquí lo podéis ver), tenía todos los extras, hasta la llave era bonita, tenía un circulito del mismo azul del coche, era increíble, ¡estaba supercontenta! Sólo tenía ganas de enseñárselo a todos mis amigos. Cuando llegué a casa con él, todo el mundo lo miraba y se acercaban, en los semáforos la gente nos miraba (a mi madre le daba hasta un poco de vergüenza) y es que era un coche muy llamativo y bonito. En realidad todos los DS3 son muy divertidos y superchic, lo puedes combinar como si de una blusa y unos shorts se tratase. Tienes la opción de elegir el color del techo, (incluso hay determinadas formas para poder personalizarlo), y del resto del coche. Te permite hacerte un coche a tu medida, es como un vestido de “alta costura”, cuidado hasta en el más mínimo detalle. Es un vehículo que va a la moda, en el que Citroën “cose” los patrones a gusto del cliente final.
En cuanto a la conducción, qué decir… el volante deportivo, que se podía manejar con un dedo, suavidad en los cambios de marcha, sensor de aparcamiento (vamos, para que no te des al aparcar y le rayes), ¡¡de todo!! Mis amigos alucinaban con el coche, era “mi juguetito”, mi coche fantástico, y todos querían conducirlo (lástima, era mío y ¡sólo mío…!) Hasta mi padre se enamoró del peque de la gama DS, aunque decía que le gustaba más el DS4, a lo que yo le contestaba: “¡Perfecto!, para ti un DS4 y para mí un DS3, que es un coche “muy yo” y me va a la perfección”
Si queréis echar un ojo al coche y al configurador donde poder combinar los colores del techo y del coche, os dejo el link:
Ahora, también tiene un hermano mayor, (el que le gustaba a mi padre), y la verdad es que es un lujazo de coche, un deportivo de 5 puertas. La elegancia con cuatro ruedas:
¡Besos sobre ruedas para todos los enredados!
Yo me parto con las fotos.
ResponderEliminar