…Y las penas se van
cantando!! Qué decía una canción de
la archifamosa Celia Cruz. Etimológicamente, la palabra Carnaval proviene del latín vulgar carne-levare, que significa “abandonar
la carne”. Otro origen lo encontramos en la palabra italiana carnevale, que significaba la “época
durante la que se podía comer”. Ambos significados casan perfectamente con la
prescripción de los cristianos durante la Cuaresma, período durante el cual no
está permitido comer carne y se practica el ayuno. Aunque existen más teorías
sobre el nacimiento de la palabra, éstas son las que más vigencia tienen actualmente.
Y hasta aquí la sección “Culturízate con Ana”
(que no me pega lo de ponerme profe)
En cualquier caso, el Carnaval es una fiesta que se
viene celebrando desde la antigüedad, y aunque tiene origen pagano, hoy se
celebra en todo el mundo bajo el paraguas de la diversión y la fiesta (creíais
que empezaba de nuevo con la lección ehh… ¡no os preocupéis!) En cada lugar la
tradición es distinta, pero lo que es común es la obligación de ir disfrazado. Es la fiesta en la
que podemos usurpar la identidad de otras personas y está permitido. Podemos
encarnar a Marilyn Monroe, Cenicienta, Shrek, ladrones, digo políticos… incluso
objetos. Todo está permitido, el único límite es nuestra imaginación. Es por
esto, por lo que me gusta esta fiesta, porque la creatividad es el baluarte de esta
celebración.
De entre todos los carnavales, hay algunos que son tan
archiconocidos como Celia Cruz a nivel mundial. Como el de Río de Janeiro y
Venecia.
Todos hemos visto desfilar las escuelas de samba en
el sambódromo de Río de Janeiro.
Es un gran acontecimiento que llena de samba y alegría la ciudad. Sus mujeres
centrifugan sus caderas endemoniadas a un ritmo que sólo ellas pueden alcanzar.
Pero el color y el buen rollito, es lo que predomina en el carnaval de esta
ciudad brasileña.
El de Venecia
es totalmente distinto. Las máscaras y los trajes del siglo XVIII son los protagonistas.
Yo siempre he soñado con disfrazarme de época, con las pelucas, los corsés (que
te aumentan cinco o seis tallas el pecho sin necesidad de cirugía) y las
máscaras. La tradición de la máscara viene de la antigüedad, cuando en la noche
de Carnaval, la nobleza se disfrazaba y se mezclaba con el pueblo. Se ponían
una máscara para evitar ser reconocidos. Desde entonces, es un elemento casi
indispensable para un buen disfraz.
Y ahora, como se suele decir, “barriendo pa´casa”
tenemos dos Carnavales muy importantes.
El de Tenerife
con sus desfiles y sus reinas del Carnaval imponentes. Trajes imposibles,
tacones de vértigo y maquillaje de ensueño, son los ejes principales de este
evento. Este año se ha visto trágicamente empañado por el grave accidente de
una de las candidatas a reina del Carnaval. Desde aquí quiero dar todo mi apoyo
a Saida y a su familia, por su pronta recuperación.
Y desde luego el Carnaval más gracioso y simpático,
viene de Cádiz. Como no podía ser de
otra forma, de nuestro Sur, lo más alegre que tenemos en España. Las chirigotas
ácidas a la par que destornillantes, son el principal atractivo del Carnaval
gaditano, que narran desde esta particular perspectiva, la actualidad del
último año. El humor y las risas es lo que predomina en Cádiz durante los días
que dura el Carnaval.
Cómo decía al principio, durante los días de carnaval
podemos ver disfraces que son verdaderas obras de arte. Las ganas de pasarlo
bien y la originalidad es lo que mueve al pueblo a idear el mejor disfraz
(aunque hay de todo, como en la viña del Señor) Pero por lo general, los que
participan en los desfiles o comparsas, han preparado con antelación y mimo hasta el más pequeño
detalle de su vestido, que normalmente, sólo valdrá para un año (algunos se
podrán reciclar, pasarán a otros dueños o se lo volverán a poner año tras año, sin
importarles que ya lo usaron con anterioridad…) Pero desde luego, los desfiles
de Carnaval los podemos tildar como la Fashion
Week Haute Couture del pueblo.
Estos diseñadores anónimos, no tienen nada que envidiar a las grandes firmas de
moda, ya que su creatividad, sus tejidos y su maestría con la aguja y el hilo
(o el pegamento y la grapa), son dignos de las mayores de las admiraciones. No
hay Louboutines ni Chaneles, pero con la imaginación por bandera, no hace falta
nada más para convertirse en la mejor pasarela del mundo.
Y ahora toca el turno al Carnaval que yo he vivido, el
de París. Fui de esta guisa, y como veis, yo no puedo considerarme entre los
maestros del disfraz que decía antes. Pero la falta de presupuesto ha hecho que
haga con mis piesmaniles manos (véase la combinación pies y manos y saquen sus
propias conclusiones… jaja) lo que me faltaba, con mayor o menos fortuna en el
resultado final.
Las gafas de Hello Kitty son lo más |
Fue un Carnaval especial, donde la nieve fue una más del desfile, y nos acompañó durante todo el recorrido. Puedo decir convencida, que lo guardaré con cariño en la carpeta de Cosas que nunca olvidaré. Gracias a todos los que me
acompañaron en esta nueva experiencia J
Hoy termino el enredo volviendo al principio del post,
con la canción de Celia Cruz, toda una oda al optimismo y al disfrutar de la
vida. Que por cierto, si no los sabíais, sólo tenemos una vida, así que la vida es una hermosura, hay que vivirla.
No hay que llorar, que la vida es un
Carnaval y es más bello vivir ENREDANDO.
¡¡Hasta el próximo enredo mis enredados del alma!!
PD: menos mal que no estaba inspirada eh Ma ;)
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